Científicos del Reino Unido han utilizado una teoría de redes para analizar qué objetos en órbita alrededor de la Tierra deben ser retirados con mayor celeridad. Su herramienta matemática pone de manifiesto las relaciones que existen entre desechos y señala cuáles poseen más relaciones con otros objetos. Centrarse en estos objetos que tienen un gran número de relaciones facilitaría en gran medida la planificación de la limpieza del espacio.


El término «desechos espaciales», también llamados «desechos orbitales» o «basura espacial», hace referencia a los objetos artificiales en órbita que ya no son útiles. Entre los más curiosos se encuentran objetos perdidos como una cámara de fotos, una llave inglesa y un cepillo de dientes, y otros elementos desechados por los cosmonautas. Debido a la ubicación en el espacio en la que se soltaron, casi todos estos objetos vuelven a entrar en la atmósfera en un periodo corto de tiempo y no contribuyen al problema de los desechos espaciales. En cambio, las explosiones de las fases superiores de cohetes sí plantean graves problemas, al generar unas cien toneladas de fragmentos que permanecen en una órbita baja.

Además de estos fragmentos, los satélites redundantes, los objetos pertenecientes a satélites (como tornillos) y los cuerpos de cohetes ya utilizados, permanecen en órbita y son una auténtica amenaza para las naves y satélites en funcionamiento. Muchas piezas pequeñas viajan a velocidades de hasta diez kilómetros por segundo y podrían provocar verdaderos daños, lo que a su vez crearía más desechos (esto se conoce como el síndrome de Kessler).

Los desechos espaciales suponen uno de los peligros más grandes a los que se enfrentan las misiones espaciales, incluida la programada para ayer, pero finalmente pospuesta, que tenía como destino el telescopio espacial Hubble. El telescopio, que se encuentra a casi seiscientos kilómetros de altura, está situado en un entorno donde hay bastantes desperdicios, y existe el riesgo de que la misión de mantenimiento sufra un impacto que podría ser catastrófico. Por esta razón se han tomado medidas para mitigar el peligro. La Estación Espacial Internacional, debido al riesgo real de colisión al que se enfrenta, ha sido reforzada para que pueda soportar el impacto a gran velocidad de estos objetos.

Planear la limpieza de los desechos es una tarea complicada, puesto que su número aumenta constantemente, debido al lanzamiento de nuevos cohetes y a las colisiones entre los objetos que ya existen. Para elaborar un plan efectivo, los científicos deben identificar los objetos que suponen un mayor riesgo de colisión.

Rebecca Newland de la Universidad de Southampton (Reino Unido), junto con un equipo dirigido por el Dr. Hugh Lewis, creó un modelo de redes matemático que clasifica los objetos de acuerdo con el riesgo que suponen, lo que permitiría seleccionarlos para su posible retirada de la órbita. Los investigadores investigaron la forma de averiguar cuántas posibles relaciones tiene cada objeto con otros objetos.

«El espacio en el que se mueven los desechos espaciales puede representarse como una red en la que los desperdicios estarían relacionados entre sí si hay posibilidad de colisión entre ellos», aclaró la Sra. Newland. «Una vez formada la red, ésta puede analizarse para identificar los objetos más importantes para su estructura global.» Según dijo, «para destruir una red de desperdicios, habría que identificar y retirar los objetos clave, del mismo modo que se podría "mutilar" Internet si se eliminaran enrutadores que sirven muchas conexiones». La Sra. Newland explicó que el modelo de redes ejecuta simulaciones para predecir entornos espaciales futuros basándose en estadísticas extraídas de bases de datos de objetos en órbita como las que mantienen la NASA y la Agencia Espacial Europea. «Tenemos intención de seguir desarrollando la herramienta para añadirle más detalles sobre los objetos, como su masa, dato muy importante», declaró. «El modelo crea hoy por hoy predicciones estadísticas del medio espacial para los próximos doscientos años. Si le suministramos más información, sobre todo la relativa a la masa de los residuos, e información más actualizada sobre la localización de los objetos, el modelo es capaz de realizar mejores predicciones.»

Esta nueva herramienta, presentada por el Dr. Lewis durante el 59° Congreso Internacional de Astronáutica celebrado la semana pasada, tiene potencial para frenar la producción de desechos espaciales, lo que en la práctica reduciría el riesgo que representan para las naves y los astronautas.

Para obtener más información, consulte:

Universidad de Southampton
http://www.soton.ac.uk/

59° Congreso Internacional de Astronáutica
http://www.iac2008.co.uk/

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